(Claudio Rodriguez)
Perdí
el miedo a las sílabas
cuando
regresó la lluvia
al
rostro de la viajera del vaso vacío.
Tenía
los pies desnudos
los
párpados secos
y sus
labios de noche.
Aún de
rodillas,
habló
de la sed de los grillos
y de
las espinas que hieren las cerezas.
Me
ofreció su vaso
y deposité
en él
mi mapa
de las mariposas.
Antes
de incendiar la razón
nos
fuimos a la playa
no a
despojarnos la carne
no a
beber insomnio
no a
malgastar los ojos…
sino a
ver, si en el vaso,
nos
cabía todo el mar.
NOTA: con este poema obtuve un accésit en el certamen de poesía "Sebastián Cuevas" convocado por el ayuntamiento de Córdoba en el mes de marzo de 2012. (España)