LA PIEL, ESE FRUTO
PROHIBIDO
Esa piel que habla, existe tan sólo frente a la memoria de las
nubes.
Es, como un labio a punto de hundirse en el
tacto de una copa llena de pétalos blancos.
Esa piel que gasta el olvido sujeta una bruma como una rosa humeante a punto de encenderse.
Durante años busca la calidez de las arenas, como salvaje deseo de poseer la densidad de
los sueños.
Esa piel que regala manantiales de polen se estremece un instante cuando la ceniza dibuja círculos en su vejez cansada de esperar ese fruto prohibido de
otra piel.
Esa piel, que conecta los girasoles con la
luna, amortigua en su sangre el grito en los ojos de dos siluetas agotadas
al borde del camino.
Tal vez nunca exista esa piel sin profanar el
tiempo de otro tiempo.
Finalista en el concurso de Barbate “Barbate lee”,
Junio de 2010.